martes, 8 de septiembre de 2009
Pequeñas cosas
Marco sabe fijarse en las pequeñas cosas, en esas tan diminutas que suelen pasar desapercibidas para el resto del mundo, son ellas las que le ayudan a elegir a los que pueden montar en su barco. Hace mucho tiempo ya que lo acordaron, ellas le hacen una señal (¡le guiñan el ojo!) y él, a cambio, deja que duerman a los pies de su cama cuando empiezan a volverse transparentes. Así ellas nunca se pierden (cuando las pequeñas cosas se vuelven transparentes, se las lleva el viento muy lejos) y él consigue nuevos amigos, de esos que brillan hasta cuando no sale la luna.
sábado, 5 de septiembre de 2009
Su barco.
Marco tiene un barco, lo construye y destruye todos los días, pero no se olvida de rescatar a los que van dentro de él. Hay algunos fijos, otros que sólo montan una vez y muchos que vienen y van, pero por lo general, su barco no es sólo de paso. Quien sube a bordo, suele preferir quedarse aunque sea por un tiempo, y casi siempre vuelve. Aunque no es del todo correcto decir que son ellos los que deciden todo esto, más bien es Marco quien les escoge sin que ellos se den cuenta, les toma por las solapas del abrigo y les eleva despacito, para que no lo noten, hasta dejarlos en cubierta. Y a cubierto.
martes, 1 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)